My sweet grim reaper [AngelinaxGrell | Rol Hetero | Priv +18]

por **Angelina Durless** Miér Dic 21, 2016 1:25 pm

My sweet grim reaper

Angelina Durless es una mujer aristócrata de la hermosa Londres victoriana. Es cuñada del fallecido Vicent Phantomhive, ahora su pequeño hijo, Ciel, es quien se encuentra al frente de la poderosa fortuna de su familia. Angelina de vez en cuando visita a su sobrino, le lleva obsequios de toda índole: té de otros países, cosas de uso personal, postres y libros. Aunque sabe muy bien que su querido sobrino no es un niño común y que cuenta con muy poco tiempo libre, se esmera por atenderlo y no dejarlo sólo. Hace meses que Ciel contrató a un nuevo mayordomo, el apuesto y enigmático Sebastián Michaelis. Un joven de apróximadamente de 25 años, taciturno y de muy buenos modales. Siempre recibía con un dulce ademán a Angelina. Después de un tiempo, se ha acostumbrado a su presencia y a su hermoso rostro. A veces, sólo visita a su sobrino por ver al misterioso mayordomo que la atiende como si fuera la misma reina.

Hace años que perdió a su esposo y a su hijo, y también quedó en el cruel pasado, la muerte de su querida hermana, Rachel, madre de Ciel. Ahora, es una mujer distinta, más fuerte, dedicada a su profesión, es una médico muy respetada, pues siendo mujer y en pleno siglo XIX, lograr graduarse de una facultad, no es cosa fácil para las mujeres. Sin embargo, Angelina siente que su vida se ha hecho monótona. Últimamente ha querido encontrar algo o alguien que le de un giro a su vida, que la haga sorprenderse de nuevo, vivir de nuevo. Lleva casi dos años con esa ansiedad. Asiste a fiestas, viaja, estudia más, pero no le ha llenado ese vacío que la aqueja. Le han dicho que debería casarse, conocer a alguien. Y sí, lo ha hecho, empero, sus espectativas continúan muy bajas. A veces piensa que sólo un ángel o un demonio podría darle lo que ella busca. Alguien como Sebastián, pero, ¿dónde encontrar a un muchacho así? Solamente en los libros.

Se le ha hecho costumbre caminar por el puente que cruza el Támesis, casi todas las noches. Como si estuviera esperando algo o a alguien. De algún modo, siente que aquí es donde puede pasarle un nuevo acontecimiento...

por **Angelina Durless** Miér Dic 21, 2016 1:48 pm

--Por favor, no me esperen para la cena. Voy a perderme un rato.--Le dice Angelina a una de sus criadas. Necesita un buen tiempo para ella. Apenas son las 7 de la noche, las luces de la ciudad comienzan a brillar como luciérnagas en cada esquina, los cristales de los edificios se encienden paulatinamente, y los vestidos y trajes para los festines nocturnos, también relucen. Ella no presta mucha atención, se enfoca en su destino de siempre, el puente del Támesis. No camina con prisa, disfruta de cada piedra y susurro del viento. De vez en cuando alguien la saluda, ella responde. Llega finalmente al Támesis, en ese amplio puente, pueden andan las diligencias y las personas, claro, que éstas sobre las aceras de ambos lados del puente. Son anchas, y cabe muy bien una banca para que los que aguardan por alguien, o ganan más tiempo, lo hagan en este lugar sin ninguna otra intervención. El lugar se comienza a vaciar conforme avanza la noche. Ya solo queda ella, Angelina. Dejándose mecer por el sutil canto de las aguas. --La noche siempre es hermosa, ¿por qué yo no?--Se dice algo desanimada. Anhela con fuerza algo en su vida, no lo sabe ni se ha puesto a pensar qué es, pero quiere algo que cambie su vida, de una manera única y agradable, algo que la devuelva a la vida. --¿Qué puedo hacer? ¿Quién puede escuchar a una mujer cómo yo? Por favor, envíame algo, alguien, quiero sentir amor de nuevo, por favor, nosotros necesitamos amor.--Suplicaba al señor. Hace semanas fue a la catedral, buscando esto mismo, sin embargo, se hartó de esperarlo ahí. Aquí en el Támesis de vez en cuando pasan cosas interesantes. De pronto se sobresalta, escucha pasos por todas partes. Se voltea a ambas direcciones, pero no puede captar de un solo lado esos pasos. --¿Pasos? ¿De dónde vienen? Parece que provienen de la izquierda, y cuando me volteo, es de la derecha.--Se dijo poniéndose de pie, aferrando sus manos a su vestido, está realmente muy asustada. ¿Quién eres? ¿Quén anda ahí?--Pregunta en voz alta, con el corazón en la mano.

Color de mi rol:

por **Grell Sutcliff** Jue Dic 29, 2016 10:22 pm

--A veces ser un shinigami es muy aburrido...--Se dice Grell sin ánimos. Últimamente la recolecta de almas ha sido muy monótona: atropellos por diligencias, muertes por riñas, ahogados en su propio vómito de alcohol. --¿Por qué los humanos son tan estúpidos?--Refunfuña mientras camina por las calles londinenses, con su sierra eléctrica sobre su hombro. La gente no puede verlo, así que se mezcla sin problemas en medio de todos esos cuerpos. No se detiene a verlos, son tan iguales para él, a veces le son repulsivos. --¡Ah, ahí está!--Dice con una mueca. Se ha parado frente a una joven, a unos cuentos metros de ella. Se trata de la próxima en agregarse a la lista de los muertos. --Cecilia Adams, de 17 años, arostócrata y amante de las fiestas...--Continua hablando, ahora revisa su cuaderno. --Morirá dentro de una semana, el 24, miércoles, a las 12 de la madrugada, debido a que... Sí, se ahogará en su propio vómito... ¡Qué asqueroso!--Cierra con altivez su cuaderno. --Lástima, es una mujer atractiva.--Retomo su marcha. Luego de un buen rato, comienza a oscurecer, ya las luces encienden las calles, y los que van a divertirse hasta más de la madrugada, corren a sus lugares de lujuria. De pronto, detecta un alma que suplica. Escucha su voz. --Interesante, ¿de qué será ésta vez?--Dice con algo de ánimo. Gracias a la poca presencia de gente, se ha materializado, los humanos ya pueden verlo. Guarda su sierra eléctrica y camina hacia esa alma con lentitud. Cuando arriva, ve que se trata de una mujer, tremendamente atractiva. El color rojo la venera en sus cabellos y en su vestido. No puede evitar sentirse atraído, así que sin más se manifiesta a unos cuantos pasos de ella, a su costado izquierdo. --¿Y qué es lo que suplicas, pobre alma?--Le pregunta con una buena sonrisa.

Spoiler:

por **Angelina Durless** Mar Ene 10, 2017 7:52 am

--¡Qué! ¿Dónde?--Pregunta muy asustada. Tiene las manos aferradas a su vestido. De pronto, se sobresalta al volverse al lado izquierdo. Los ojos casi se le salen de las cuencas, sino fuera, por rápido reflejo de cerrarlos. Rectrocede unos centímetros. Tiene frente a ella, a un hombre, alto y vestido con una gabardina negra y un listón bicolor que le sobresale del cuello. Su cabellera es roja como la de ella, pero muy larga, casi le roza las pantorrillas. Los ojos de su acompañante brillan como los de un felino, bañados en un verde único. Es delgado y de una muy bonita apariencia. También usa unas gafas de armazón rojo. --¿Quién eres?--Le pregunta aún excitada Angelina. Nunca había visto a un hombre con esa apariencia, bueno, se trata de algo especial, ¿por qué le fascina y le aterra a la vez? Siente un aura muy extraña de ese hombre. Que por cierto, es joven, incluso más joven que ella, tal vez por unos cuatro o cinco años, no lo sabe, se le ha ocurrido. --¿Por qué te acercas conmigo? ¿Qué es lo que quieres?--Le interroga manteniendo una pose de defensa, lista para huir en cualquier momento. Podría tratarse de un rufían, aunque su apariencia no va por ahí. Angelina no para de estudiarlo. Sin embargo, le agrada verlo, tiene una figura atlética, ya que la silueta está bien delineada. --¿Cuál es su nombre? Por favor identífiquese. Y no, no se atreva a acercarse ni un paso más o llamaré a la policía. Debe haber alguno cerca, o gritaré todo lo que pueda para que alguien me escuche y venga a ayudarme. -- Le subraya a su interlocutor con el miedo entre las piernas y el pecho. La piel se la ha puesto algo pálida, pues asaltarle de noche y a solas, en el Támesis, da mucho qué pensar.

por **Grell Sutcliff** Lun Ene 16, 2017 9:47 pm

--Madame, por favor, cálmense.--Le dice con una voz suave. Se mantiene en su lugar. Extiende un poco los brazos, como si le pidiera un abrazo. --He escuchado su voz, he sentido la incertidumbre de su alma. Por eso he venido. Hay inquietud en su corazón y estoy dispuesto a ayudarle, si me lo permite.--Le dice con una gran sonrisa. Se ha dado cuenta de que están solos. No hay ninguna otra alma en el lugar. Y no importa cuánto grite, él la silenciaría y la llevaría a otro espacio, uno más apropiado. --Mi nombre es Grell Sutcliff, un joven inglés que deámbula sin más por las calles de Londres. Y usted es...--Entrecierra los ojos. Antes de responderle, saca su cuaderno y revisa la tremenda lista de nombres que tiene para cumplir sus vidas. --Sí, Angelina Durless.--Sonríe altivo. Ajusta us gafas y continua: --Hermana de Rachel Durless, una familia aristócrata, de las más ostentosas en Inglaterra. Se enamoró de Lord Vicent Phatomhive cuando le vio aquélla tarde en su mansión. ¿O me equivoco?--Le cuestiona guiñándole el ojo. Cierra su cuaderno y lo guarda en su pecho. Camina lentamente hacia la mujer. --Grite todo lo que pueda, yo la atrapare de todos modos.--Se cruza de brazos. --Ya se lo dije, estoy aquí para ayudarla. Confíe en mí. Nadie más habría escuchado el desesperado deseo que tiene en lo profundo de su corazón. Pero yo, puedo escuchar el clamor de los humanos, en especial, los que exigen una respuesta como usted.--Le acentuo.

por **Angelina Durless** Dom Ene 22, 2017 6:22 pm

--¿Grell?--Pregunta con el frío en su espalda. El hombre extiende los brazos y le dice que ha venido a ayudarla, porque ha escuchado a su alma. --¿Ha venido a ayudarme? ¿Y qué tanto puedo creer eso? Se aparece de la nada y tiene algo en usted que es extrañamente terrorífico.--Responde Madame con una postura defensiva. No tiene la menor idea de saber si logrará dañarlo al tiraele un golpe, en caso de que sea necesario, sin embargo, no elude esa posibilidad para salvarse. El sujeto adivina su nombre, el estatus de su familia e incluso su primer amor. --¡Cómo sabe eso! Ni siquiera mi hermana lo sabía, ¡cómo osa a decir algo tan íntimo! ¿Quién es usted? ¿A qué se dedica? ¿Trabaja para su majestad, eh?--Reclama con torva faz, Angelina. Forma un puño en su mano izquierda. Está a punto de agredirelo, empero, se detiene, pues algo en él le impide atacarlo. Como si fuera a recibir algo mucho peor. --¿Usted ayudarme? Por favor, es un demente. No debería entrometerse en la vida de los demás. Le exijo, que me diga de dónde sacó esa información. Soy una mujer fuerte y puedo defenderme.--Saca de su antebrazo derecho, una daga. La desendunda. --Atrévase a dar un paso más y es hombre muerto.--Amenaza con el artefacto inclinado hacia abajo, tomado de la empuñadura.

por **Grell Sutcliff** Lun Ene 23, 2017 1:34 pm

--¿Le parezco aterrador? Sí que tiene sentido del humor.--Dice Grell bajando sus brazos. Le sonríe a la dama. No puede evitar reír un poco, le resulta divertido ver la expresión que ha puesto su interlocutora. Se cruza de brazos. --Bien, ya que hace varias preguntas, con gusto se las responderé: como le dije, mi nombre es Grell Sutcliff, soy un dios de la muerte; yo sé cuándo va a morir un humano y cómo. Siempre estoy presente en la muerte de los que me asignan, y determino si merece vivir o me llevo su alma a nuestro edificio, el Seireitei. Claro que hay otros como yo que se encargan de clasificar las almas. Yo sólo recolecto. Pero tengo un rango alto, no soy cualquier clase de shinigami.--Mueve sus hombros hacia arriba y hacia abajo.--Es por eso que sé su nombre. Sin embargo, desconozco toda su vida. Hasta que no le toque su turno, podré ver su historial. Y por lo tanto, no trabajo para un humano, o su majestad.--Hace una pequeña mueca. Se percata del movimiento que hace Angelina, quien saca una daga y le amaneza de herir si da un pasó más. --Los humanos sí que son unos necios. He trabajado con humanos por muchos años, y aún no logro adaptarme a ellos.--Dice desanimado. Ajusta sus gafas y su gabardina. --Bien, la reto a que intente herirme con esa pobre e inútil daga.--Le dice con mofa. Extiende sus brazos a ambos lados, y deja al descubierto, su pecho. --Si dice ser una mujer fuerte, entonces hágalo. Ya le he dicho, que estoy aquí para ayudarla. Le tengo una propuesta, que se la haré saber, luego de que me ataque.--Le guiñe el ojo.

por **Angelina Durless** Lun Ene 30, 2017 7:50 pm

--¿Cree que estoy jugando?--Le amenaza nuevamente. "¡Qué clase de individuo es éste! ¡Cómo se atreve a burlarse de mí!", piensa Angelina El hombre responde a sus preguntas, le revela su identidad. Angelina se queda en silencio. --¿Un dios de la muerte? ¡Cómo osa a decir semejante barbarida! Está... ¿Estás burlándote de mí? ¿Acaso es sólo un bufón?--Espeta Angelina. Se ha airado. Esperaba toparse con alguien más inteligente. Seguramente no es más que un bufón del teatro. Sus amistades le habían dicho que a veces se topaban actores que les hacían crear su realidad, era un modo de promocionar la función que iban a dar. Ahora, le toca a ella hacer frente. Aunque, a decir verdad, no tenía pinta de actor, esa palidez en su rostro no era por maquillaje, ni ese largo cabello rojo, luce falso. Conservaba esa aura aterradora, ¿será parte de su personalidad? ¿Desde cuando un humano despide tan notoriamente un aura así? --Creo que... Estoy perdiendo mi tiempo. He buscado por años algo que me reanime, y no me apetecen los actores. Un tiempo fueron un antojo, ahora quiero disfrutar realmente la vida.--Guarda su daga. --Fue un placer, mi señor Grell. ¿Sabe? Nunca he oído ese nombre, pero suena muy bien. Creo que usted no puede ayudarme. Le agradezco su intención.--Hace una pequeña reverencia y da media vuelta. Antes de marcharse, se vuelve. --No sé si nos volvamos a encontrar, pero ha sido interesante.--Retoma su marcha.

por **Grell Sutcliff** Lun Feb 06, 2017 3:35 pm

--¡Oh, por favor! No se atreva a compararme con algo tan burdo como un actor. No estoy diciendo calumnias, madame. No saque sus propias conclusiones.--Contesta con una sonrisa. Niega con su cabeza mientras se pregunta por qué los humanos son tan difíciles de convencer. Se aparece delante de ella. --¿Ha tenido suficiente con eso o requiere de otra prueba?--La cuestiona, haciendo un ademán. --¿Por qué cree que simplemente me manifestaría para presentarle un acto? ¿Cree que soy un pobre diablo? No mi señora. Un alma como la suya, es muy atractiva.--Acentua y le guiñe el ojo. --Los humanos que se lamentan sobre esta vida, son los más deliciosos.--Se acerca más a la mujer, esta vez, le toma de la barbilla. --Usted necesita otro tipo de ayuda, no la iglesia. ¡Oh, no, my honey! Usted requiere de compañía más, cómo decirlo, más específica para su problema.--Le sonríe con un toque macabro. --Sé que usted se arriesgaría a mucho, y aún así, no le importaría lo que pudiera suceder, usted tiene un espíritu fuerte e indomable, lo que yo busco, y he estado buscando por mucho tiempo. No todos los humanos tienen esta clase de espíritu. Por eso, no todos merecen una segunda oportunidad, al menos en mi criterio.--Besa la mano de la madame. --Bueno, ya está bien de tanta charla, le mostraré lo que usted me ha exigido.--Sonríe el tétrico hombre. Extrae de su gabardina, un pequeño diario. Le muestra el interior, ahí, hay una enorme lista de nombres. --Por favor, elija un nombre de esta lista.--Le solicita con suavidad.

por **Angelina Durless** Jue Feb 09, 2017 10:19 pm

--¡Oh Dios mío! ¡Cómo ha hecho eso!--Le pregunta aterrada, pues el hombre se le ha manifestado delante. Retrocede con sus manos de frente. --No, no, no, esto no puede ser.--Dice casi balbuceando. Está muerta de miedo, nunca había presenciado un acto así. ¡Cómo se pudo mover tan rápido! No sintió que la haya tocado o algo así, simplemente se apareció frente a ella sin más. En un santiamén. Grell le intenta convencer sobre su naturaleza, le dice que le atrae su alma y que está dispuesto a ayudarle. --¿Mi alma? ¿Cómo...? No, esto es demasiado, no sé si sea verdad.--Dice con una mano sobre su frente. Tanto en una noche. No pudo tratarse de un truco. Debieron verse los hilos o algún otro mecanismo en su ropa. Sin embargo, no, no tenía nada extraño, era su vestimenta tan normal como la de ella. Entonces, ¿si es un shinigami? ¿Está hablando en serio su acompañante? --Yo... Es que me cuesta creer esto. Lo veo y no lo creo. Realmente usted es un shinigami, ¿verdad? --Se cruza de brazos, como intentando protegerse de un frío que sólo a ella le recorría la piel y los huesos. Su acompañante la toma de la barbilla y le asegura que él es la ayuda que requiere. Besa su mano y le pide que seleccione un nombre de una lista que se encuentra en su cuaderno y que se lo muestra. --Bueno... Espero que no cause ningún mal. Está bien.--Le dice con una expresión de duda y horror. Se acerca con cuidado a ver el interior del cuaderno. --Bien, veamos... Eh, Dolores, sí Dolores Brightman.--Le señala con su dedo índice.

por **Grell Sutcliff** Sáb Feb 18, 2017 9:25 am

--Tranquila, madame.--Sonríe. La señorita le ha dicho un nombre, tal cómo se lo pidió. --Bien, Dolores Brightman, es una joven que vive en Surrey, tiene 26 años, está enamorada de la poesía, vive todavía en casa de sus padres, no ha sido desposada, y su familia cree que eso no pasará. Es una joven muy bella, pero nada atractiva.--Ajusta sus gafas y mira a la mujer. --Ha fallado muchas veces en encontrar un prospecto, pues terminan declinando. Por lo que ella ve su futuro cómo una poeta rentable. Sin embargo, el tiempo resuena en esta pobre jovencita. Morirá dentro de una semana, se envenenará con una frutilla que no fue cuidadosamente desinfectada. No se podrá hacer nada, porque se encontrará sóla en casa, y sus criados estarán realizando sus actividades como de costumbre, y ella por querer ser más autosuficiente, terminará con su propia vida. Lo único que dejará, será su cuaderno de poemas, con 20 terminados, y unos cuantos sin trabajar. No pasará a la historia o incluenciará en la literatura de este país. Será mencionada, pero no alcanzará el reconocimiento que tanto busca. Es una lástima.--Termina cerrando su cuaderno con una sóla mano. Se baja las gafas y mira fijamente a su acompañante. --¿Y bien, la he convencido?--Levanta su cja izquierda.

por **Angelina Durless** Dom Feb 19, 2017 8:49 pm

--¡Por Dios!--Exclama aterrada, se cubre la boca con su mano derecha. Retrocede con los ojos desorbitados. No puede creer que hable con tanta frialdad sobre algo así. ¿Qué clase de monstruo era? ¿Monstruo? Pues definitivamente que se trata de uno. ¿Es verdad lo que se encuentra en ese cuaderno? La pobre Angelina siente que el corazón se quiere solidificar y convertirse en una piedra. Se ha vuelto muy pesado. Pasa algo de saliva. --Bien, ya ha estado bien. Suficiente. Le creo, mi señor, le creo. Por favor no me dañe, por favor. Lo único que quiero es algo en mi vida. Se ha vuelto tan gris, tan aburrida, quiero algo que la cambie para bien, que devuelva a este cadáver a la vida. Si usted dice, y afirma, poder ayudarme, ¿me puede decir cómo lo hará? Tengo mucha curiosidad.--Le dice con la respiración y el palpitar en la boca. Casi no puede contenerse, no puede disimular estar aterrada. Nunca antes había sido testigo de un ser así, y de un acto cómo el de hace unos minutos. Nadie se podía vanagloriar de dominar así la velocidad y de superar a la luz misma, sin embargo, ella lo ha visto, y aún se encuentra confundida. --Nadie entiende lo que he pasado. Y menos en una sociedad que sólo mira al hombre. Si usted es capaz de cambiar mi vida, de cumplir este capricho mío que no cede y que es tan terco, entonces tiene toda mi atención y mi tiempo. Le escucho, mi señor.--Termina con una sonrisilla

por **Grell Sutcliff** Vie Feb 24, 2017 8:29 pm

--Entonces nos entendemos, cariño.--Dijo guinándole el ojo. --No le haré daño, no madame. Sólo le daré lo que me pide: vida.--La acerca a él tomándola de la cintura. --Pero antes, necesito asegurarme de algo. Lo que voy a hacer pos usted, pone en riesgo mi reputación. Rompería muchas reglas, incluso si se enteran de esto allá arriba, podrían sancionarme de por vida. Estoy arriesgando mi propia existencia, madame. Estaré haciendo algo de lo que podría arrepentirme.--Sonríe, mostrando su dentadura de sierra. --Dirá: ¿por qué se arriesga a tanto? Bueno madame, lo hago porque su ruego me ha seducido, y sé que cuando se lo proponga usted no podrá negarse, al contrario, lo deseará tanto que se convertirá en su nueva pasión. Una que por cierto, compartimos. Por eso también la he elegido a usted. Podríamos entendernos muy bien. Además, de que me parece muy atractiva.--Le habla de cerca de sus labios, casi rozándolos. --A cambio de todo lo que voy a hacer por usted, ¿se entragaría totalmente a mí? Seré más explícito: entregarme su alma. Un contracto del que yo no fallaré palabra. Soy muy recto con estos asuntos. Si usted me entrega su alma, yo la protegeré de por vida, incluso cuando tenga que partir, yo me encargaré de vinir por usted y darle un buen lugar allá. Protegeré su alma y nadie osará a interrumpirla o condenarla. ¿Qué dice?

por **Angelina Durless** Dom Feb 26, 2017 7:54 pm

--¿Está tomando mi cintura?--Le pregunta algo avergonzada. Dentro, piensa que ha reaccionado de una manera muy infantil, como si fuera una novata. --Eh, disculpe. Sí, ahora entiendo. Usted dice que voy a acceder. Pues con semejante seducción...--Continúa respondiendo nerviosa. Tenía tiempo que un hombre bien parecido, osara tomarla así, hablándole tan de cerca y haciendo sentir otro cuerpo junto al de ella. Uno que por cierto, está muy frío. --¿Por qué tiene la piel tan fría?---Le cuestiona al pasar una de sus manos sin guante, en el rostro de Grell. El hombre le habla sobre darle su palabra si ella le entrega su alma, así, cumplirá su deseo. --¡Mi alma!--Exclama aterrada. Se aleja de Grell. --Mi alma, ¿he escuchado bien? ¿Y por qué? Bueno, nunca antes me habían pedido algo así, algo tan caro.--Sigue impactada, se lleva su mano encima de su pecho. --Yo... ¿Y el alma humana es tan valiosa? ¿Usted para qué la necesita? Porque, me quedaría practicamente sin nada, usted sabe. Esto material es prestado. ¿Qué sucedería comigo si le entrego mi alma? ¿Ya no la tendría dentro de mí?--Se aleja un poco más. Está empezando a sudar, sí, un sudor terriblemente frío. --¿Ya le ha pedido el alma a otros? Es un asunto delicado y me parece correcto que usted me esclarezca todos los detalles. Dígame cuáles son las ventajas y cuáles las desventajas. ¿Y por qué cree que seré capaz de ceder tan fácil? Sé que hace un momento suplicaba un cambio en mi vida, pero no me imaginaba esto. Quería sinceramente un hombre tan agradable y sensual, como usted. No me esperaba una petición así.--Niega ligeramente con su cabeza y con su dedo índice. --¿Usted será mi dueño o algo así?

por **Grell Sutcliff** Mar Abr 18, 2017 10:07 pm

--Estoy muerto, por eso mis carnes son tan frías.--Le responde con otra gran sonrisa. La dama se ha alterado luego de escuchar la petición de su alma a cambio de su deseo. --Hm, ahora se asombra.--Dice con desánimo. --El alma humana, sí, en efecto, es lo único que posee, que es enteramente suyo. Y es con lo más caro que usted puede pagar.
Una garantía que yo, personalmente, le juro, cumpliré eternamente.--Indica con su dedo índice. --Es la manera más efectiva de hacer un pacto entre usted y yo.--Levanta una ceja. Comienza a caminar alrededor de ella. --¿Por qué teme perder su alma? Le he prometido darle todo lo que quiere, ¿acaso pido demasiado? Por favor mi señora, simplemente se trata de un convenio, algo que nos beneficie a ambos. Yo, me encargaré de darle paz a su alma luego de la muerte. Le designaré un lugar especial, confíe en mí.--Apoya sus manos sobre su pecho. --¿Ventajas y desvetanjas? Bueno, no hay mucho que decir al respecto. Usted me entrega su alma y yo le concedo lo que más desea. Así de sencillo, no hay otro procedimiento, ¿qué dice?--Se acerca a la mujer, acorralándola en el puente. --Es algo de lo que no se arrepentirá, Angelina. ¿A qué le teme? Usted, hace un momento, suplicaba por algo en su vida, y aquí estoy. Se le ha escuchado, ¿no era eso lo que buscaba?

por **Angelina Durless** Jue Mayo 11, 2017 11:32 pm

--Pues es mía, es mi alma. No crea que no me importa, y por supuesto, que me interesa hacer un trato, y con mi alma de por medio...--Contesta Angelina con torpeza. --Pide demasiado, es verdad. No se trata de algún dinero, o propiedad, o algo material.--Entrelaza sus dedos. Se ha puesto muy nerviosa. Además, su sangra se ha puesto helada, pues el ente que tiene frente a ella, le ha revelado algo aterrador: él está muerto. ¿Cómo es posible que esté hablando con alguien así? ¿Estará volviéndose loca? No, no, es tan real. Hace momentos, él mismo se lo había aclarado. --¿Un convenio? Yo, no sé cómo mi deseo me llevado esto. No pensé que algo o tú, fuera a atender mi petición. Es algo que llevo pidiendo desde hace tiempo, y ahora... No lo sé... ¿Qué tan confiable es usted? Porque en esta situación, creo que puedo decirle que sí. ¿Jura que me protegerá más allá de la muerte?--Le pregunta vacilante. Su voz suena algo quebrada, como si estuviera a punto de llorar. De hecho así es, sólo que intenta hacerse la fuerte, pues no quiere estropear o parecer una tonta frente a él. O una débil jovencita que sólo busca diversión o un capricho, pero que al saber la gravedad de sus deseos, decide retroceder. Grell se acerca a ella luego de haber caminado a su alrededor. Angelina está agitada, lo mira fijamente a los ojos. --Temo lo que pueda ser capaz de hacer con toda la confiaza que usted está afirmando. Sé que me descontrolaré, o realmente disfrutaré lo que usted me propone. Quiero ver hasta dónde podría llegar, ¿me jura que me protegerá?

por **Grell Sutcliff** Miér Jun 28, 2017 4:38 pm

--Si confía en mí, tiene mi palabra. Estoy dispuesto a sacrificar muchas reglas por cumplir su más sucio deseo.--Le sonríe cerca de sus labios, sin dejar de mirarla a los ojos. Se aleja un poco. --Entonces... Necesito seguir a su lado, si es posible, vivir con usted. ¡Ah, no se preocupe! Puedo esconder mi identidad. No todos los humanos son capaces de advertir una presencia diferente a la de un mortal.--Hace una pequeña mueca mientras se pasa un mechón de cabellos detrás de su oreja. --Si me mantengo cerca de usted, podré liberar toda la sed de libertad que usted desea. Lo que le dará el cambio que tanto anhela.--Ajusta su capa. --Los humanos son muy curiosos, temen actuar diferente al resto, hacerse notar, sin embargo, cuando afrontan esa experiencia, sobreviven y no les ha afectado a su ánimo, vuelven a intentarlo, hasta que pierden el miedo y continúan actuando contra los demás. A veces para hacer reflexionar, y otras, por el mero hecho de divertirse y experimentar cosas nuevas. Y sé que usted guarda muchas cosas interesantes en su interior. Sé que es alguien distinta al resto.--Paso su mano por el lado izquierdo del rostro de su interlocutora. --Bien, si esta dispuesta a entregarme su alma, le diré cómo procederé:
al final de sus días, yo, personalmente, me encargaré de tomar su preciada alma y protegerla. Otorgándole protección y usted, fidelidad a mí. Será muy difícil para otros encontrarla. Ningún otro shinigami la recogerá, por eso le doy mi palabra,madame.--Hace una pequeña reverencia. --¿Qué dice, nos estrechamos las manos?--Extendió su diestra a Madame Red.

por **Angelina Durless** Mar Ago 22, 2017 10:05 pm

--Entonces...--Se queda pensativa por unos segundos. ¿Cómo será él en el más allá? ¿Continuará conservando esta bonita apariencia? ¿Y cómo...? No, no quiere saber cómo tendrá que ser ese día. --De acuerdo, señor Sutcliff. Le hago entrega de mi alma y de mi fidelidad. Ahora yace en sus manos lo más preciado para mí, lo más caro. Me ha convencido y no hay marcha atrás.--Extiende su mano para estrecharla con el demonio. Se alarma un poco al advertir la frialdad del otro. --Sus manos, señor, están realmente frías.--Recalca su asombro. Grell le ha dicho que necesita vivir junto a ella, y que sabe cómo pasar desapercibido entre los humanos. --Estaré encantada de tenerle conmigo. Sin embargo mi señor, ¿no cree que es muy comprometedor el solo aparecerse y que tengamos que fingir que nos conocemos, así cómo, inventarle un linaje el cual, nunca podrá dar cuenta debido a su inexistencia? Bueno, se ma ha venido ahora mismo a la cabeza, hacerlo pasar por un sirviente. Alguien de mi servidumbre, pero dejarle el puesto de jefe de la servisumbre. Se convertirá en mi mayordomo personal. ¿Le parece bien? ¿O tiene otra sugerencia? Si es un mayordomo, su linaje no impresionará tanto como si se tratara de mi prometido. Ya ve lo importante que es mantener la casta y la reputación. --Se encoje de hombros. Ciertamente, no había contemplado esto, no obstante, la solución le parecía la más lógica para ahorrarse las preguntas de la familia.

por **Grell Sutcliff** Dom Sep 03, 2017 4:10 pm

--Doy fe de lo que he dicho antes, y le confirmo, que así será: usted es mía para toda la eternidad, a cambio de protección y júbilo por el resto de su vida humana. Sin más que añadir, cierro el trato con usted, madame.--Aprieta un poco la delicada mano de la mujer. Finalmente, tiene lo que buscaba, un alma y una vida para hacer cuántas cosas se le vinieran a la mente. De hecho estaba ansioso por empezar esta nueva etapa. ¿De qué sería capaz esta mujer? Dicen que un aristócrata puede darse la licencia de decir o hacer lo que quiera, por el hecho de ser un aristócrata. ¿Esta mujer podría ser así? Quien sabe, sin embargo, estaba seguro de que se guardaba algún secreto o algo más. Madame Durless le dice que debe ser invisible a los humanos, y así librarse de cuestionamientos. Ella le propone convertirse en su mayordomo. --No me gusta recibir tantas órdenes, no obstante, mi señora, hemos hecho un acuerdo y le he dado mi palabra. No tengo en mente otra sugerencia más que la suya. Estoy de acuerdo en convertirme en su mayordomo. Sé cómo pasar desapercibido para el ojo humano. Creáme, nadie sospechará de mí. --Hago un ademán con la mano. --De ser así, ¿le parece vernos mañana en su morada? Tengo que cerrar unos pendientes, para dar inicio a esta nueva empresa.

por **Angelina Durless** Jue Sep 14, 2017 10:32 pm

--Gracias señor Sutcliff--Responde con una pequeña mueca de dolor. No pudo disimular lo incómodo que fue ese apretón de manos. Finalmente, había hecho el trato. Su deseo se cumpliría. ¿Pero cuál? Aún no tenía claro qué era lo que más le enloquecía. ¿Un hombre? ¿Viajar? ¿Hacer el amor? ¿Exiliarse? No lo sabía, y menos, el porqué accedió tan pronto ese sujeto. Debía tener mucho cuidado ahora que le abriría las puertas de su mansión. La torre del Big Ben marca las 12 de la madrugada. --¿Son las doce?--Revisa su reloj de bolsillo. En efecto, ya era la madrugada de otro día, y seguramente sus criadas estarían vueltas locas buscándola. El hombre le dice que mañana la verá en su mansión. --Por supuesto... Espere, aquí está la dirección. Por favor, no me falle, le estaré esperando. Lamento terminar esta conversación de una manera tan burda, pero debo irme. No imagine que el tiempo se pasaría tan pronto. Hasta luego, señor Sutcliff, que tenga un buen descanso.--Le entrega un papelito, y hace una reverencia para despedirse. Corre a toda prisa, intentando no caerse para alcanzar a llegar más rápido a su mansión. No piensa en otra cosa que llegar de una buena vez. Sin embargo, está también muy alerta de algún bandido que le asalte y le haga daño. Afortunadamente, aparece su mansión luego varios minutos, frente a ella. Las criadas están fuera y dentro del lugar, gritando su nombre. Una de ella logra verla, le abre la gran verja y le preparan un baño. Angelina se disculpa por su falta y les ha advertido que mañana tiene un mensaje importante. Pasada la noche, Angelina despierta antes que sus criadas la levantaran. Llama a dos de ellas para que la vistan. Luego del almuerzo, reúne a toda su servidumbre y les comenta lo que ha acordado con el señor Sutcliff, les ordena que se sometan a sus órdenes y que le respeten tan como si se tratara de ella. --¿Queda claro, verdad?--Acentúa. Algunas criadas la cuestionan y le advierten sobre un posible peligro, pero Angelina pasa por alto esa verborrea. Suena el barandal de su mansión. --Ah, debe de ser él. A sus puestos todos.--Ordena mientras le visten el saco rojo. Sale a recibir a Grell escoltada por dos mayordomos y una criada. --Por favor, ábranle al caballero. Pase señor Sutcliff, adelante, está en su casa.--Extiende los brazos.

por **Grell Sutcliff** Vie Sep 29, 2017 9:43 pm

--De acuerdo madame. Cuente con ello. Le doy mi palabra.--Hace una reverencia y se esfuma entre la oscuridad. No ha duda ni un segundo en ofrecerle su ayuda a Madame Durless. Sin embargo, está planeando cómo eludir las reglas de su código shinigami sin tener que ser multado. En especial por su compañero de trabajo, William T. Spears. Atiende las muertes de esa noche, afortunadamente son pocas. Rinde cuentas en el despacho para librarse y no levantar sospechas de su posible ausencia o retraso. En su alcoba, medita el aspecto que tendrá que portar mientras se encuentra en la mansión Durless. --Detesto lucir tan masculino. Pero no tengo otra opción. No quiero estropear todo esto.--Se dice mientras contempla su reflejo en su espejo. Por fin decide llevar una gabardina negra, unos lentes con un armazón más sencillo y redondo, cambiar su cabello a castaño, atarlo con un moño negro, zapatos de tacón pequeño, unos pantalones algo flojos, y sin maquillaje. Lo que más detestaba. --Qué extraño, luzco realmente extraño.--Dijo sin ánimo. Llega la mañana. Sale de su alcoba muy temprano, antes de empezar labores en el despacho. Viaja através de los tejados, invisible a los humanos. Arriva a la mansión Durless. Llama a la puerta y de pronto, aparece una criada junto a Angelina y dos mayordomos más. Madame Durless le pide que entre. --Muchas gracias, es un privilegio ser recibido por la señora de la casa.--Responde con un tono más suave y con una reverencia. --Me alegra verla tan radiante, mi señora.--Besa una de sus manos. --Grell Sutcliff, a su servicio.--Hace un ademán al mismo tiempo que se inclina.

por **Angelina Durless** Lun Oct 09, 2017 5:30 pm

--Le agradezco el detalle, por favor, siéntase cómo en casa. No sea ajeno al ambiente de esta humilde morada. Es parte de nuestra familia desde este día. Encantados, le damos la bienvenida.--Asiente con una sonrisa, y algo de rubor en su rostro por el beso en su mano. Y proviniendo de un hombre de la talla del hermoso Grell, era todavía más placentero. Le da un recorrrido por la enorme mansión, le describe con paciencia cada habitación y lugar dentro y fuera de la construcción. Finalmente, lo presenta con toda su servidumbre. --Bien, él es Grell Sutcliff. Es nuestro nuevo integrante de la familia. Será su jefe, y mi mayordomo principal. Se encargará de ser mi mano derecha y tareas de suma importancia. Que sólo yo puedo encomendarle. También estarán bajo su autoría. No lo traten cómo a un novato. Es todo, por favor regresen a sus actividades habituales. Usted, señor Sutcliff, acompáñeme, por favor.-- Da media vuelta y le guía hasta su habitación. Le pide a Grell que abra la puerta. --En verdad lamento ser así, pero debemos fingir esta relación.--Se disculpa en voz baja. Entra y le pide una vez más a Grell, cerrar la puerta y ponerse cómodo dentro. Ella toma asiento en la pequeña sala de su alcoba. --Me da gusto que no haya tenido problemas para dar con la mansión. Y dígame, ¿hay algo en lo que yo le comprometa con su estatus de shinigami?--Se cruza de piernas.

por **Grell Sutcliff** Lun Oct 16, 2017 8:28 pm

--Encantado mi señora. Es todo un privilegio.--Asiente. De forma muy amable, Madame Durless le lleva por toda la mansión. Le da a conocer todas las habitaciones y los patios del lugar. Y para finalizar el recorrido lo presenta al resto de la servidumbre. Madame Durless acentúa que sea respetado y que se convertirá en su mayordomo principal. --Prometo dar mi mayor esfuerzo.--Le digo a la servidumbre. Madame Durless le pide que lo siga a su habitación. Se disculpa con él por darle órdenes. Una vez adentro, Madame Durless le invita a sentarse en la sala. Le pregunta si hay problemas con los shinigamis. --Gracias mi señora.--Responde con voz suave. Luego retoma su mirada de shinigami. --Angelina, ya lo acordamos, no tienes de qué preocuparte. Me he encargado de los shinigamis. Sí, se van a romper reglas si usted quiere quitar la vida a alguien. ¿Por qué? Bueno, pues debo respetar la línea de la vida. Si quiebro esa delgada línea, esa delicada línea, estoy rompiendo con mi ética de shinigami. Pero cómo usted lo ha visto, soy nada ortodoxo. Así que, estoy a sus órdenes. ¿Qué es lo que desea hacer ahora?--Me cruzo de piernas.

por **Angelina Durless** Vie Dic 01, 2017 10:52 am

--Grell...--Dice entusiasmada, pero a la vez inundada por el horror. No se imaginó que el shinigami fuera a sacrificar tanto por ella. Pues pensó que debido a su naturaleza, no se tomaría en serio la petición de un mortal. Definitivamente, ella tiene que estar consciente de lo que ha pedido y de lo que tiene enfrente. A su edad, no se puede permitir ningún juego. --Bien Grell, estoy realmente agradecida. Pues, tengo problemas que sólo afectan a las mujeres. Uno que hace temer a los hombres y huir, nunca entregar su amor a alguien como yo. Porque soy una pérdida de tiempo. Sí, tal vez le parezca exagerado lo que estoy diciendo, pero no le miento. Estoy diciendo la verdad y lo que yo he experimentado.--Le dice conm desánimo. Se pone de pie, se sujeta los codos y se dirige a la ventana. --Hace años perdí una vida entera. Estaba apunto de convertirme en madre, realmente estaba muy entusiasmada. Mi esposo me amaba mucho. Éramos una familia muy feliz. No tenía nada que pedirle al cielo. No obstante, sufrimos un terrible accidente...--Las lágrimas le sofocan el aliento. Limpia sus lágrimas y afina su voz. --Mi esposo falleció, y yo quedé vida, pero condenada. Me quitaron el útero, ahí, estaba mi hermoso bebé.--No puede contener más el dolor y se deja caer en una silla, con las lágrimas mojando su rostro. Luego de unos segundos, intenta serenarse. --Por eso, me convertí en médico, para ayudar a todas esas mujeres que no pueden tener su familia, sus hijos. Esa enorme bendición máxima por ser mujer. Pero, me he topado con terribles seres que no merecen tener esa maravillosa oportunidad.--Termina con un semblante más frío. --Esas prostitutas sólo quieren placer sin ninguna concecuencia, ¿puedes creer eso? La semana pasada me visitó una en mi consultorio, está en el centro de la ciudad, en un pasaje. Algo discreto. No sabes cuánta rabia experimente y contuve cuando la escuché decir, que no quería que la estorbara su viente cuando éste se inflamara por tener un niño, ni perder su agraciada figura. A esa maldita, quiero matarla. ¿Qué dices? ¿Hoy en la noche?--Le pregunta a Grell con euforia en sus ojos.

por **Grell Sutcliff** Vie Dic 08, 2017 6:39 pm

Escucha cada palabra que Madame Durless le dice. Un relato realmente triste que sin problemas, entiende el shinigami. La ve llorar y toma de las manos luego de pedirle, que le dé muerte a una prostituta que sólo busca satisfacerse sin tener compromiso alguno. Algo que no perdona Madame Durless. --La entiendo, madame. No llore más. No es su culpa. Y tiene razón en lo que dice respecto a esas mujeres. Son carcasas con piernas y manos, usted no tiene que darles importancia.--Le acaricia el rostro. --Dígame el nombre de esa estulta y yo iré tras de ella.
También dígame dónde quiere que la lleve para que usted disponga de ella. ¿Qué dice? Yo escucharé cada cosa que usted quiera hacerle.--Se pone de pie y se coloca detrás de ella, le susurra al oído. --Podemos cortarle una mano, abrirle el cuello, quitarle el cuero cabelludo, torturarla cómo usted quiera, my dear.

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